Según la Convención de Berna -que protege las obras creativas en más de 180 países- los derechos de autor se generan automáticamente al momento de la creación. Esto significa que el registro no es obligatorio, ya que una obra se encuentra protegida al momento de ser creada.
Sin embargo, se recomienda registrar las obras en oficinas nacionales de derechos de autor para obtener una prueba oficial de la titularidad y facilitar la defensa legal en caso de disputas.
En tal sentido, el registro de obras en blockchain es una alternativa válida desde el punto de vista legal, ya que ofrece dos pruebas esenciales: prueba de existencia y prueba de atribución. Esto es posible gracias a la naturaleza inmutable y descentralizada de la blockchain, que registra cada dato de forma segura y permanente, garantizando que no puede ser alterado ni eliminado.
Aunque la adopción legal de blockchain continúa en evolución, su uso en Artsigna como prueba de existencia ofrece ventajas significativas: